domingo, 20 de enero de 2008

Dia 30

La muerte siempre es difícil de digerir, pero la de un niño es especialmente
indigesta...

Esta semana he visto morir a dos bebes, los dos de malaria, uno de ellos
parecía que podía salvarse, pasé una hora con Sahar alumbrándole con mi
linterna mientras ella le buscaba una vena para transfundirle sangre, al
final tuvo que ponerle la vía en el hueso de la pierna, pero ya era
demasiado tarde...

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