Dia 13

Por la tarde hemos salido a pasear un rato, antes de preparar la cena de
noche vieja, los niños de Kaabong aun no se han acostumbrado a ver blancos,
cuando caminamos por la carretera los oímos gritar "basungo, basungo!"
(significa hombre blanco en Karamajon), luego se te cogen de la mano y
caminan contigo durante un rato, ayer acabe con 7 o 8 cogidos de mis
manos... son muy cariñosos. No paran de reír, es increíble como a pesar de
la pobreza en la que viven sumidos, son capaces de ser tan felices... no
puedo evitar pensar en los niños malcriados del primer mundo que lloran
porque sus papas no les han comprado la video consola que ellos querían, o
que se deprimen cuando no les dejan ver la tele... estos niños son un
ejemplo de humanidad y resiliencia.

A los de la foto, cuando les enseñe la pantallita de la cámara en la que
salían, se pusieron a gritar, a reír y a correr a mi alrededor...

Para poder hacer las campanadas, golpeamos una olla con un cucharón 12 veces
y lo grabamos con mi móvil, a las doce en punto lo reproducimos y como no
teníamos uvas comimos 12 trocitos de manzana cada uno... definitivamente fue
una de mis mejores noche viejas!