lo que un Ingles definiría como "between the end of the line and the middle
of nowhere" . una vieja pista de aterrizaje junto a unas minas abandonadas
en medio del desierto, justo entre las fronteras de Kenia y Sudan.
A la media hora de aterrizar, vemos a lo lejos una nube de polvo, durante
unos minutos, el piloto y yo nos ponemos un poco nerviosos, ya que no
sabemos si son los militares , bandidos o el coche que me tiene que
recoger... Larry, el piloto, y yo nos miramos y nos sonreímos al ver la
bandera de "Medecins Sans Frontieres" ondeando sobre el Land Cruiser blanco.
Franz, el coordinador del proyecto, me recoge y nos dirigimos a la
casa/oficina.
Aun estoy un poco aturdido por la falta de sueño y las horas de viaje, en el
trayecto a la casa hay momentos en los que parece que la ventana del coche
es una tele y estoy viendo el National Geographic... un niño de unos 10 años
llevando un rebaño de cabras corre de un lado a otro golpeando a los
animales con un palo para apartarlos del camino, un grupo de ancianos
desdentados sentados junto al camino nos saluda y sonríe al pasar y una
madre con un bebe a la espalda y un enorme cesto sobre la cabeza nos mira
sorprendida...
Kaabong es como la versión Africana de Villagarcia del puente, un
micro-pueblo sin electricidad ni agua corriente del cual no se acuerda ni el
gobierno Ugandés.
Al llegar, Scotti, una financiera de Alaska, me explica la parte
administrativa de mi trabajo, el viernes es día de paga del personal
nacional y hay que prepararlo todo.
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